Tres conceptos básicos para el cultivo de tus bonsáis

 

Hay tres factores importantes para mantener nuestros bonsáis con vida, podríamos decir que esto es la base antes de introducirse en técnicas más avanzadas.

· El riego es algo vital, si no aportas el agua necesaria está todo perdido, en este caso más no es mejor ya que un exceso de agua puede producir podredumbre radicular y otros problemas derivados del encharcamiento, como la proliferación de hongos. Como norma general debemos regar abundantemente hasta que el agua salga por los agujeros de drenaje, tratando de empapar bien todo el sustrato.

Para averiguar cuando es necesario volver a regar podemos introducir el dedo levemente en el sustrato y cuando la capa superficial empiece a estar seca es el momento de volver a regar. El color del sustrato también delata a simple vista cuando necesita ser regado de nuevo, ya que se vuelve de un color más claro cuando está seco y más oscuro cuando está húmedo. Si levantas el bonsái a pulso también puedes saber por su peso que ha evaporado prácticamente toda el agua disponible o por el contrario todavía no es necesario regar.

Algunas especies agradecen un sustrato húmedo constante y otros prefieren dejarlo secar bastante entre riego y riego, especialmente algunas especies de secano como los olivos.

· La ubicación es otro de los factores que pueden decantar la balanza entre un bonsái sano y vigoroso y otro, enfermizo y débil. Depende mucho de la especie en concreto, pero como norma general hay especies que deben estar en exterior a pleno sol si o si (olivos, acebuches, pinos, juníperos, árboles frutales, etc.) y otras especies de origen tropical (Ficus, Carmona, Cupheas, Serissas, etc.) que pueden adaptarse a la vida en interior especialmente en invierno (alejados de la calefacción y del aire acondicionado) siempre y cuando tengan una dosis de luz natural alta y a ser posible sol directo. En clima mediterráneo pueden estar en el exterior prácticamente todo el año (protegiéndolos de las heladas).

Agradecen estar en lugares relativamente protegidos de las fuertes corrientes de aire, ya que al estar en macetas de pequeño tamaño tienden a secarse con facilidad y puede ser un problema tener que regarlos hasta tres veces al día en estaciones cálidas para mantener una humedad constante.

 · El abonado de tus bonsáis es algo imprescindible para mantenerlos con vida, ya que los árboles en la naturaleza extienden sus raíces en busca de alimentos, pero en al encontrarse en una pequeña maceta el nitrógeno, el fósforo y el potasio son limitados y debemos aportarlos de forma periódica.

Nosotros recomendamos abono solido de liberación lenta para evitar la sobre fertilización, por experiencia propia, los resultados son mejores y evitamos problemas, aunque el uso de abono líquido puede tener ventajas en circunstancias concretas.

 

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