¿Abono sólido o líquido?

Una de las preguntas que más nos hacen es si es mejor el abono sólido o el líquido, en este post abarcaremos el tema de forma clara y concisa, también hablaremos sobre los pros y los contras de cada uno de ellos.

El abono sólido tiene la ventaja de que se libera lentamente en el sustrato y es absorbido por nuestros arboles de forma paulatina, de este modo evitamos la sobre fertilización. Además, recomendamos el orgánico ya que la biodisponibilidad es mayor que el químico y permite aprovechar los residuos orgánicos mejorando la actividad microbiana del suelo. 

Aporta una combinación equilibrada de nutrientes, en consecuencia, los árboles crecen vigorosos y sanos. El abonado en árboles en pequeñas macetas es imprescindible debido a que no pueden extender sus raíces en busca de alimento como hacen en la naturaleza.  

Puede tener algunos inconvenientes menores como el olor que produce su fermentación (suele desaparecer en los primeros riegos), que se caiga de la maceta al regar o que lo puedan picotear los pájaros (se evita con contenedores de plástico). 

Incluye importantes oligoelementos como el magnesio o el calcio y otros minerales que potencian la asimilación de nutrientes y contribuyen a una salud optima. En el mercado se puede encontrar también en formato granulado, igual de recomendable y efectivo que en bolas. 

Por otro lado, el abono líquido tiene la ventaja de que su absorción es inmediata, pero en su contra hay que decir que su uso ha de ser mucho más constante (cada 15 días aproximadamente en estaciones cálidas) y que es fácil caer en la sobre fertilización y perjudicar a nuestras plantas si no llevamos un control.

Si tenemos algún ejemplar que por alguna razón necesite una dosis de alimento inminente se puede aportar mediante abono líquido ya que la absorción será más rápida, pero si seguimos un plan de abonado sólido es totalmente prescindible.

Una de las ventajas del abono líquido es que su efecto antical y poder acidificante permite corregir el exceso de cal del agua de riego, obteniendo un ph ligeramente ácido permitiendo la asimilación de nutrientes. 

Según la etapa en la que se encuentren nuestros árboles interesará un abono alto en nitrógeno (período de crecimiento) o abonos altos en fósforo y potasio (períodos de floración y fructificación).

Un síntoma habitual de que tus árboles necesitan ser abonados es la clorosis de sus hojas, produciendo un amarillamiento generalizado y reduciendo el vigor del árbol 

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