¿Cuándo trasplantar un bonsái?

El mejor momento para realizar el trasplante de nuestro bonsai es a finales de invierno, justo antes de la brotación primaveral.

Haciéndolo en este momento nos aseguramos de que el trasplante sea exitoso, ya que las plantas están especialmente activas y formarán nuevas raíces y brotes con mayor facilidad, debido a las temperaturas suaves y al mayor número de horas de luz.

 

¿Cada cuánto tiempo trasplantar un bonsai?

Como norma general se recomienda un margen de 2 a 5 años para realizar el trasplante, hay que evaluar el árbol en concreto. Una de los síntomas que delatan que puede necesitar un trasplante es que las raíces tienden a levantar el sustrato por la parte superior, abultando el mismo. Y además intentan salir las raíces por los agujeros de drenaje. Llegados a este punto las brotaciones suelen ser débiles y pueden presentar síntomas de clorosis (hojas amarillas)

Con la aportación de abono se podría mantener el ejemplar con vida en el mismo contenedor y solucionar el problema temporalmente, pero es recomendable sacar el bonsái de la maceta, retirar el sustrato antiguo, estirar bien las raíces, podar una parte de las mismas y volver a introducirlo en nuevo sustrato. Siempre procurando un desarrollo radial de las raíces para formar un nebari estético.

El sustrato que recomendamos es Akadama 70% y kiryuzuna 30%, aunque muchos bonsáis comerciales vienen en tierras negras que pueden cumplir su función durante un tiempo, en ocasiones tienen un drenaje deficiente que dificulta un buen cultivo.

Si cultivamos 100% en Akadama tendremos que realizar abono muy pautado y periódico ya que no contiene nutrientes, pero si retiene la humedad y nutrientes ofreciendo un buen drenaje.  

En el caso de las Azaleas, necesitan un sustrato más acido como la kanuma.

Después de introducir el sustrato en la maceta es recomendable palillear para que el mismo entre bien en contacto con las raíces del bonsái y no queden zonas vacías con bolsas de aire.  

Es importante que en el proceso de trasplante no dejemos secar las raíces, pulverizándolas si es preciso. Evitar exponer las raíces al sol, ya que son muy sensibles al mismo.

 

En el trasplante puedes aprovechar la misma maceta si quieres mantener el tamaño del árbol, e ir mejorando la ramificación, lignificación del tronco, etc.

Puedes optar por una maceta de mayor tamaño si tu intención es conseguir un ejemplar de mayores dimensiones y que se pueda desarrollar correctamente.

Importante colocar la rejilla con su correspondiente alambre en el fondo de la maceta para evitar la pérdida de sustrato por los agujeros de drenaje. Es muy recomendable anclar el árbol en la maceta. 

Importante regar el bonsái abundantemente hasta que el agua salga limpia por los agujeros de drenaje, podemos optar por humedecer también las hojas del árbol y podar una parte de las mismas para equilibrar la evapotranspiración.

Los días posteriores al trasplante es recomendable proteger el árbol del sol directo excesivo y de los fuertes vientos, ya que estará en un momento de adaptación y para ellos un trasplante siempre genera un estrés que puede acarrear problemas e incluso la muerte del ejemplar.

Si sufrimos una rotura de maceta o alguna otra condición que nos obligue a realizar el trasplante fuera de la época apropiada, lo más seguro es trasplantarlo a una maceta nueva pero sin desestructurar el cepellón existente ni quitar el sustrato antiguo. Simplemente rellenar con sustrato los huecos que puedan quedar vacíos si la nueva maceta es más grande y posponer la operación hasta el momento indicado.

 

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